- agosto 20, 2019
La peluquería ya no se rige por géneros
El feminismo aporta libertad; por ejemplo, la militancia por la aceptación de los cuerpos no hegemónicos en una sociedad donde el cuerpo gordo significa humillación es una muestra del amor propio que el feminismo busca construir: se trata de dejar de sentirse obligados y obligadas a cumplir normas sociales preestablecidas. Entonces, de a poco, hombres y mujeres empiezan a animarse a una expresión estética que no se rige por los conceptos hegemónicos y culturalmente aceptados como “lo que debe ser”.
Es así como hoy las mujeres se sienten menos exigidas respecto a la depilación o se ven cómodas con la cabeza rapada o el pelo corto –algo que hasta no hace mucho correspondía a “lo masculino”–. Claro que el feminismo también es libertad para los hombres: ¿Te acordás cuando en sus baños no había más que una maquinita de afeitar? Basta con revisar los estantes del baño de un hombre para encontrar decenas de productos para el pelo y cremas faciales y corporales. La “profesionalización” del look en peluquerías tiene el terreno tan disponible para los hombres como para mujeres.
“Durante años se consideró la masculinidad y la feminidad como dos polos, que hacía posible clasificar a una persona en uno solo de los términos”
Incluso los futbolistas –ídolos máximos de muchos hombres y cuya connotación viril en la sociedad se la da el deporte, aunque no necesariamente tenga que ser así– le exponen al mundo sus cuidados estéticos. No es casual que las barberías y las barbas con diseño se hayan puesto de moda. ¿Acaso la barba platinada de Messi no fue vox populi a nivel mundial?
Dice el medio peruano Gestión: “Según la compañía de investigación Euromonitor, el mercado de las barberías tiene un valor de 8 mil millones de dólares para la belleza masculina en América Latina”.
La peluquería ya no está asociada únicamente a la mujer: el hombre también es cliente estable. “Durante años se consideró la masculinidad y la feminidad como dos polos, que hacía posible clasificar a una persona en uno solo de los términos. Asimismo, los roles sexuales estaban rígidamente ligados al sexo biológico. Sin embargo, esta concepción empezó a ser cuestionada: en la década de los setenta del siglo XX surgió una nueva concepción de la masculinidad y feminidad como dos dimensiones independientes, de tal forma que las personas obtienen puntuación por separado en cada una de ellas”, explican las antropólogas españolas Anastasia Téllez y Ana Dolores Verdú.
Actualmente, hay una mayor tolerancia de los hombres en la aceptación de que ya son parte, también, del espacio de la peluquería profesional. Los prejuicios se van derribando y el mercado está cada vez más balanceado: la peluquería no se rige por géneros.