- mayo 14, 2021
Las canas en las mujeres: una elección
La mayoría de las mujeres entre los 35 y 65 años que eligen teñirse lo hacen porque quieren taparse las canas. Pero, ¿alguna vez se preguntaron por qué se tiñen? El feminismo despertó preguntas que antes no había intención de discutir. ¿O acaso los hombres no tienen más permiso de llevar el pelo blanco?
Seamos francos: las canas en las mujeres tienen una connotación negativa. Se las asocia con el fin de la productividad −algo que azota a toda la sociedad, independientemente del género−; con el fin de la reproducción y fertilidad −una “desgracia” que se arrastra desde la época en que las mujeres solamente podían asegurar su futuro económico si un hombre se fijaba en ellas−; se las relaciona con las brujas; se las enfrenta con la juventud y la belleza −dos valores que actúan en simultáneo en el imaginario colectivo−. Las canas son una representación del paso del tiempo, que no se puede evitar: entonces, ¿por qué en las mujeres no evocan a la experiencia y la sabiduría? Mientras tanto, en los hombres sí simbolizan estos valores, e incluso son sexis. Por ejemplo, las canas de Jane Fonda en los Globos de oro fueron noticia, aunque las de Richard Gere siempre fueron vistas como seductoras.
La pandemia dio vuelta nuestros hábitos, y entre estas modificaciones, se incluyen los que implican la estética. Durante la cuarentena muchas decidieron no teñirse más: entre los principales factores que contribuyeron a esta iniciativa, figuran el hecho de que no estaba disponible la posibilidad de ir a la peluquería, y la ausencia de la exposición. La desvinculación de la mirada ajena, un elemento primordial a la hora de liberarse de ataduras.
Que quede claro: no está mal ni bien teñirse; no está mal ni bien no hacerlo. Esta es simplemente una invitación a pensar: ¿Es necesario dedicarle este tiempo a la tintura, con la frecuencia que requiere el ocultamiento de las canas? Si una tiene las ganas, adelante. Desde Vanta recomendamos principal atención a la utilización de productos de calidad para no dañar el cabello y siempre acudir a un profesional. Pero si no hay gusto por la tintura, es preciso saber que no es obligatorio. Y quién sabe, si la mayoría comienza el desafío personal de dejarse las canas como manera de deconstrucción, probablemente se pongan de moda, se vuelvan tendencia. Porque la moda es cultural, y la cultura la hacemos entre todos y todas. La idea, entonces, es tener más opciones a la hora de vivir.