- enero 6, 2020
Cowashing
Hay más de 97.000 publicaciones en Instagram con el hashtag #cowash. Se destaca una foto del usuario @welshiecurlgirl con el siguiente epígrafe: “(…) No es necesario usar shampoo para tener el pelo limpio (…)”. ¿Es posible? Si bien la técnica del co-washing −que consiste en no usar shampoo, solo acondicionador– existe desde hace años, el sistema de lavado está pisando fuerte en los tiempos actuales. Es oficial: es el nuevo trending topic de las conversaciones.
Es primordial aclarar que es un método recomendado para pelo seco, enrulado, con ondas o aquellos que están teñidos (permite mantener la tintura más tiempo). Es preferible que quienes tengan el cabello fino, lacio o graso eviten el co-washing ya que el pelo se puede apelmazar demasiado.
Ahora bien, ¿cómo se empieza? A la hora de eliminar el shampoo de nuestro baño, es importante que se busque un acondicionador con los siguientes elementos: emolientes para suavizar y reducir frizz (la manteca de kairté o los aceites naturales son los emolientes por excelencia); proteínas para proteger el cabello (puede ser por ejemplo la proteína de soja o germen de trigo); y humectantes e hidratantes para restablecer el grado de humedad y resaltar el brillo (pantenol, miel, glicerina vegetal, aminoácidos o aloe vera son buenas opciones).
Se debe poner atención también a los elementos que se deben evitar. Aquí está la clave. El leitmotiv del cowashing es “no a los sulfatos, no a las siliconas, no a los derivados del petróleo”.
En criollo: los sulfatos son surfactantes; es como el detergente que aparece en la mayoría de los shampoos. En pos de “limpiar”, resulta ser muy abrasivo; arrastra, además de la suciedad, los aceites naturales del pelo, lo que hace que se reseque el cabello y el cuero cabelludo. A veces el cuerpo se defiende y puede ordenar una sobreproducción de sebo para aliviar la irritación.
Por su parte, las siliconas y los derivados del petróleo son el “maquillaje para el pelo (…) Brindan una apariencia saludable y oculta los daños”, según describe correctamente la página de Facebook Rulos Arg. Las siliconas no aportan nutrientes y su uso excesivo crea una lámina que prohíbe que penetre cualquier nutriente. Esta barrera se elimina con sulfatos, así que antes de comenzar con el co-washing es necesaria una limpieza profunda con un shampoo alto en sulfatos. ¡Solo en esta oportunidad!
Estos son los componentes más usuales que aparecen en las etiquetas y que deberías esquivar: lauril sulfato de amonio (ASL), Lauril sulfato de sodio (SLS), cloruro de sodio, polietileno de glicol, dietanolamina (DEA) y trietanolamina (TEA), parabenos, formaldehido, alcohol, fragancia sintética o perfume, colores sintéticos, propilenglicol glicol, lanolina, petróleo, aceite mineral, dimeticona.
¡Ya estamos listos! Se requieren dos acondicionadores −de ahí el nombre: “co” por conditioner y washing es lavado−, con las condiciones que se nombraron antes: uno cumplirá la función de la limpieza (tiene que ser líquido) y otro tendrá la función hidratante, que se encargará de la humectación (debe ser espeso). Se aplicará primero el de limpieza. El éxito radica en masajear bien le cuero cabelludo y enjuagar con abundante agua. Se lo empleará de la forma en que se usa el shampoo habitual, desde las raíces hasta las puntas. Luego se pasará al acondicionador hidratante y se evitará su aplicación en las raíces.
Puede que los primeros días el pelo atraviese un período de transición y lo notes extraño. Pero paciencia: los resultados se verán pronto. Los días de adaptación dependen de cada persona.
El co-washing tiene muchas variantes. Algunos solo usan un solo acondicionador. Otros usan productos diseñados especialmente para el co-washing. También existen técnicas derivadas como el low-poo (se usa shampoo y acondicionador pero sin sulfatos, siliconas ni derivados del petróleo) y el Ac-Sh-Ac (no hay restricción de componentes, pero se usa primero el acondicionador y luego el shampoo, para proteger el cabello). No se pierde nada con probar.