- enero 30, 2020
¿Qué es el profesionalismo para la sociedad?
En un estudio realizado por Vanta se determinó que el requerimiento primordial que se tiene en cuenta a la hora de comprar herramientas de peluquería es la durabilidad. En este contexto, el profesionalismo se enfrenta al consumo masivo: aparece un particular interés por las herramientas profesionales, que los y las peluqueros/as diferencian claramente de aquellas de consumo masivo. Tiene sentido: los productos profesionales están preparados para batallar durante horas y horas.
La durabilidad es, en este caso, sinónimo de calidad; y en el imaginario profesional, la calidad de las herramientas funciona como un símbolo de prestigio. Ahora bien, ¿cómo es que se construye ese imaginario profesional?
Por medio del estudio, se estima que son cinco las variantes principales que influyen en la percepción de durabilidad y calidad –por ende, del profesionalismo–: la trayectoria de la marca y la confianza depositada en ella; el valor agregado que tiene lo importado desde países o ciudades asociadas con la moda o el desarrollo de la tecnología; la recomendación de profesionales que actúan como líderes de opinión; el valor de lo único, así como objetos más artesanales o de colección que se distinguen de la oferta masiva e industrial.
Párrafo aparte para el quinto vértice de la construcción del profesionalismo: la innovación, siempre y cuando sea en pos de la funcionalidad. Por ejemplo, los objetos con diseños ergonómicos, los más livianos o de fácil manipulación –especialmente importantes cuando se acumulan horas de trabajo– mejoran los resultados tanto en términos de belleza como de cuidado.
Por el contrario, se consideran como “poco serias” aquellas innovaciones que están exclusivamente ligadas a la imagen pero sin justificación en la funcionalidad. “Me gustan las cosas con diseño. Pero en definitiva lo más importante es que me sirva. En una exposición vi una tijera con peine incorporado. Esas cosas rebuscadas no las usaría jamás”, advierte una profesional del peinado en la encuesta de Vanta.
Otro estilista dice: “Es como el quirófano de un cirujano: son elementos estratégicos. No hay un bisturí verde, uno plateado.. es el bisturí y tiene que ser el mejor”.
Entonces, para el ojo popular, ¿qué es y qué no es profesional? Basta con un chequeo a los instrumentos para verificar su durabilidad y calidad. Aquellos destinados para el consumo masivo no cumplen con los requisitos para estar en acción durante el tiempo que sí lo hacen las herramientas profesionales: aquellas que, según la construcción social, responden a una marca de confianza, fueron recomendadas por una voz de autoridad y son innovadoras pero prácticas al mismo tiempo.