- febrero 17, 2020
La planchita: cómo usarla y qué errores evitar
Tener una planchita en nuestra casa es casi tan común como tener una heladera. Sin embargo, lo que muchos y muchas ignoran es que el uso hogareño de este instrumento podría dañar el pelo: es difícil que quien no es especialista tenga los cuidados necesarios que el cabello requiere cuando se le aplica calor −puede perder brillo, perder textura, quemarse, quebrarse o debilitarse−. El problema no está en el aparato sino en cómo se emplea.
“Es una moda cuyo uso es irresponsable. Debería ser una herramienta exclusivamente del profesional”, advierte una peluquera en una entrevista que realizó Vanta en 2018.
Pero no todo es lo que debería ser. Para empezar (y conservar la salud capilar), el pelo debe estar desenredado, y es primordial aplicar productos de protección térmica antes y después del planchado. Se aconseja plancharlo siempre con el pelo seco, y fundamental: detectar el tipo de pelo y por ende, qué temperatura le corresponde. Se aplican entre 180 y 230 grados a los más gruesos; menos de 180 a los que no tienen tintura y a los sanos; 160 a los dañados, teñidos o finos.
La plancha Vanta Titanium, por ejemplo, tiene placas de titanio que logran una distribución uniforme del calor y un selector electrónico de 16 temperaturas para los distintos tipos de trabajo. Dato de color: el titanio no solo garantiza una larga vida a este aparato sino que es muy práctico porque tarda poco en calentarse.
Los y las ansiosas quizás piensen que es preferible una herramienta ancha para terminar antes. Pero el planchado del pelo no es un proceso para hacerlo a las apuradas ni con mechones grandes. Se recomienda una planchita delgada porque accede a los mechones más cortos, peina mejor las puntas y permite un modelado más preciso.
La plancha Vanta Hi-Tech 400 es de este tipo: perfecta para lograr alisados brillantes gracias a la uniforme distribución de calor que permiten sus placas cerámicas delgadas. Además, su alta tecnología permite mantener una temperatura de trabajo constante, su tamaño la hace maniobrable y la cerámica logra que la plancha se deslice por el pelo sin problemas (léase: evita fricciones innecesarias que dañan la melena). Un beneficio extra que tiene esta planchita es que sus placas con fundas redondeadas la convierten en ideal para hacer ondas, bucles o rulos. Los/as peluqueros/as suelen usar la plancha y no la buclera.
¿Un tip? Recoger el pelo con un gancho y después soltar de a poco los mechones para plancharlos. Se debe empezar por la nuca para luego ir subiendo por la cabeza. También, si se deja al menos un día de descanso entre planchado y planchado, tu pelo te lo agradecerá.
Hay tantas variables a tener en cuenta a la hora del planchado, que un profesional le dijo a Vanta: “Salud capilar es saber cómo usar la herramienta y a quién derivársela”.