- agosto 24, 2020
Entrevista a Lionel Prieto: Director Comercial de Vanta
Fue China, donde se descubrió el virus COVID-19, el primer país en decretar la cuarentena obligatoria, pero también fue el primero en deshacerse de ella. Allí se demostró que la gente recurrió a los servicios de belleza apenas tuvo la oportunidad; las peluquerías reabrieron sus puertas y no faltaron los clientes. “Frente a la pandemia, la peluquería demostró ser una actividad esencial”, dice el director comercial de Vanta, Lionel Prieto. Llegado el fin de la cuarentena, dependerá de cada país la rapidez con la que retome el consumo, pero en esta charla, Prieto no duda en que el futuro del rubro será próspero. “El mundo entero se dio cuenta de la importancia del profesional de la estética”.
-¿A qué problemas se enfrentó Vanta con la llegada de la cuarentena?
– Lo que más nos costó fue el home office del equipo. La comunicación diaria no era la misma, por supuesto; estar a dos metros de distancia en un escritorio no es lo mismo que estar frente a un llamado, a un zoom o a un Whatsapp. La tecnología facilitó muchísimo el proceso de adaptación, pero tener a una persona cara a cara es crucial para una buena comunicación. Además, las operaciones en nuestro depósito y en la aduana (por las importaciones) también se vieron limitadas, tanto en los productos que ingresaban como en el horario y la cantidad de personas que podían trabajar en simultáneo.
-¿Qué iniciativas tomó la empresa como parte de la adaptación?
-Entendimos que fue algo que le pasó a todo el mundo. No estaba en nuestro control; es decir, no era un obstáculo nuestro, ni siquiera a nivel país. Fue a nivel mundial. Entender eso te da otra perspectiva. Empezamos a organizarnos mucho, fuimos muy precavidos para evitar cualquier inconveniente extra. Esa fue la clave. Nos pusimos metas a corto plazo. Por ejemplo, si había que hacer un trámite bancario, el objetivo era terminarlo ese día. La idea era no dejar nada pendiente, por eso era necesario atajarse y ver bien con qué debíamos cumplir.
-¿Surgieron oportunidades de negocio inesperadas?
-Sí, muchísimas. Se abrió un espectro comercial grandísimo: se sumó el consumidor final; es decir, el consumidor que se corta el pelo en la casa. Antes de la cuarentena, Vanta siempre fue destinado a los y las profesionales únicamente. Lamentablemente, durante un tiempo de la pandemia, las peluquerías no podían trabajar y muchas personas buscaron tutoriales o consejos para llevar a cabo la tarea de un corte, un peinado, la tintura o la manicura. Si bien están en su casa, la gente quiere estar bien; y seguramente buscaron un producto bueno y de calidad confiable, y algo no menor, de precio accesible.
A la hora de buscar por internet, hay infinitas posibilidades, pero creemos que se volcaron por Vanta porque a la hora de responder sus consultas a través de la web o las redes sociales brindamos un asesoramiento y acompañamiento muy buenos. Y eso fue lo que abrió el espectro comercial. De igual modo, sabemos que es temporal, porque a la gente le gusta ir a la peluquería.
-¿Cómo ves el rubro en un futuro cercano?
-Vamos a volver a lo que era previamente a esta pandemia mundial. Cortarse el pelo o hacerse las manos o los pies de forma casera puede emprolijarnos, pero la realidad es que el trabajo del profesional en algún momento se necesita. Podemos tener todo tipo de tecnología, pero el conocimiento de un especialista y la experiencia de ir a un salón para mostrarle y explicarle lo que uno quiere son únicos. El profesional puede ver y tocar nuestro pelo, informarnos y aconsejarnos mejor, ya sea un corte, peinado o tratamiento capilar. Por suerte estamos recuperando eso poco a poco. Y lo vamos a terminar de recuperar por completo. No tengo dudas al respecto. Los y las profesionales resistieron mucho tiempo, muchos y muchas la pasaron mal, como en todos los rubros, pero tengo fe de que vamos a ir para adelante. Cumpliendo todos los protocolos y cuidándonos entre todos vamos a poder trabajar prolíficamente.
La pandemia nos obliga a mirar y reflexionar acerca de todos los aspectos de nuestra vida. ¿Cómo es tu perspectiva sobre el rubro? ¿Llegaste a nuevas conclusiones?
-La peluquería demostró ser una actividad esencial, a pesar de no poder salir de casa. El mundo entero se dio cuenta de la importancia de un profesional de la estética. Uno muchas veces puede tener las mejores herramientas o los mejores tutoriales de YouTube, pero a la hora de realizar la práctica no hay nada como la mano del profesional. Eso quedo clarísimo, todo el mundo se percató que no es lo mismo que ir a una peluquería. Se las extrañó. Hay que apreciar las capacidades de estos profesionales, que todos y todas necesitamos.