- diciembre 19, 2019
Diversidad en la belleza
A J Balvin le gusta el animal print: su pelo ya tuvo las manchas del leopardo y las rayas del tigre. Rosalía se tiñó las cejas de rojo. Bad Bunny lució diseños abstractos de líneas y espirales creados con la maquinita de cortar. Billie Eilish pintó sus raíces de verde flúo. Lo lúdico ahora es sinónimo de belleza.
Cada vez hay mayor apertura a jugar con diferentes imágenes en el cabello. Dice una de las profesionales en peluquería de la encuesta de Vanta 2018: “Se tiñen los pelos con colores locos; ahora se viene el violeta, las chicas se tiñen mechones o incluso toda la cabeza”.
El ideal antiguo de prolijidad y perfección se está erosionando incluso en ámbitos asociados al mundo formal, como el trabajo. “Hay mucha diversidad en lo que respecta a la belleza. Ahora una joven con tatuajes, colores y piercings es aceptada por un empleador. De hecho, a veces se prefiere eso por sobre una imagen más clásica”, explica un colorista.
Las cadenas de la esclavitud al “qué dirán” se debilitan. Por el contrario, pisa cada vez más fuerte la idea de fortalecer nuestra autoestima a través del autoconcepto: la opinión más importante es la que cada uno tiene acerca de sí mismo. “Los clientes vienen cada vez menos preocupados por el comentario ajeno –advierte una peluquera−. Es más ‘Hago lo que me gusta a mí’. Hay pelos de colores, el corte rapado, las chicas se están dejando crecer el bello en las axilas”.
Todo vale, pero no se debe confundir: lo lúdico no es necesariamente moderno o futurista. La estética retro también es protagonista. Un profesional dice: “Ahora en el corte de hombres se destaca el look ochentoso, como el de los marineros o militares… se va mezclando todo: elementos de los años 70, 80, 90. La estética se recicla”. Al fin y al cabo, es como escribió el filósofo italiano Umberto Eco: “La belleza del universo no es solo la unidad en la variedad, sino también la diversidad en la unidad”.